Bellezas del Alto Aragón. Lucien Briet
- T. Delàs
- hace 1 día
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Abril 2025
En Torla a la entrada del valle de Ordesa una inscripción reza:
"A Luciano Briet muerto el 4 de agosto de 1921, homenaje de gratitud y admiración al cantor del Valle de Ordesa. 15 de agosto de 1922"

Caótico y aventurero, era un hombre con muchas facetas. Se licenció en Letras, publicó un poemario, ‘Las flores de mi jardín’, con escaso éxito, escribió algo sobre historia y cultivó otras pasiones: la espeleología, la fotografía –de sus viajes por Aragón dejó 900 placas de un total de 1600– y la exploración.
Era culto, muy culto, y curioso.
Lucien Henry Briet nace en 1860 en un Paris en plena transformación en que el imperio de Napoleón III impulsa el proyecto Hausmann que convierte una ciudad insalubre y medieval en una villa de grandes bulevares, espacios verdes, mobiliario urbano, redes de alcantarillado y abastecimiento de agua, equipamientos y monumentos públicos.
Inconformista, huérfano de madre y en malas relaciones con su padre, es educado por una tía rica, que le permite estudiar y vivir bien. Deserta del servicio militar y huye a Bélgica. De vuelta a Francia, un consejo de guerra le condena a la Legión Extranjera con la que conoce el norte de África. Sin problemas económicos, hace un intento de escribir poesía, y posteriormente se dedica a la fotografía y a los viajes.
A finales del siglo XIX, muchos turistas y exploradores viajaban a los Pirineos franceses donde disfrutaban de los establecimientos termales y los inicios del montañismo. En 1889, Briet hace un viaje a los Pirineos y se entusiasma con los paisajes que descubre. Entre 1890 y 1902 sigue visitando la zona Norte pero se da cuenta enseguida que ha llegado demasiado tarde a la escena del pireneismo donde la mayor parte de los picos ya han sido explorados y descritos. Aún así, deja algunos buenos relatos sobre la vertiente francesa.

Entonces se interesa por España, todavía considerada terreno de aventuras. Es el primero que se atreve a explorar el Alto Aragón. Descubre una región tan próxima como desconocida y queda completamente enganchado a esa tierra.
Desde 1903 hasta 1911, atraviesa la frontera para adentrarse en Huesca. Es un viaje de 27 horas en tren. Va en compañía de un guía y lleva dos mulas cargadas de equipo, una muda, mantas, documentos varios, una enorme cámara fotográfica, su trípode y catorce docenas de placas de vidrio de 18 x 24 y explora sistemáticamente la zona.
Sus expediciones oscilan entre treinta y setenta días, escribe cuidadosamente todo lo que ve, hace observaciones barométricas y fotografía pueblos, parajes, personas, montañas y cañones. Se aloja en las casas del pueblo y desarrolla muchas relaciones con los lugareños.
A partir de 1904 recurre a guías aragoneses que se convierten en sus amigos: Ramón Viu, de Torla, Lorenzo Viu, de Boltaña, y Joaquín Buisán, de Lavelilla.

Recorre el Valle de Ordesa y el Monte Perdido, las comarcas del Sobrarbe y el Somontano de Barbastro y descubre la Sierra de Guara, los barrancos del Vero y de Mascún.
Tomando nota tras nota, cliché tras cliché, produce una obra colosal porque, de vuelta a casa, en Charly sur Marne, ordena sus notas, revela las fotografías y escribe multitud de crónicas que revistas especializadas y periódicos ilustrados publican en sus columnas. Da conferencias en Francia divulgando las bellezas del Alto Aragón.

En 1905, publica "Viaje al Barranco de Mascún", obra pionera fundamental para el desarrollo del barranquismo en Guara, donde describe la espectacularidad y encanto de la zona, despertando el interés de otros viajeros por la misma.
El 1908 es recibido con honores en Boltaña. El Diario del Alto Aragón había publicado extractos de “A lo largo del Río Ara” y empieza a ser considerado un “aragonés” especial. Don Luciano, le llaman.

En 1909 la Real Sociedad Geográfica le encarga una monografía sobre el Valle de Ordesa que realiza entre 1909 y 1911. El trabajo será fundamental para la creación del Parque Nacional de Ordesa en 1918. Es el segundo parque nacional declarado en España después del de Covadonga.
Es su último viaje. Sus amigos españoles le prometen que se publicarán sus relatos.
Efectivamente, en 1913 la Diputación de Huesca edita “Bellezas del Alto Aragón” que contiene los artículos de Briet publicados anteriormente en el Boletín de la Real Sociedad Geográfica traducidos al español. El libro ha sido reeditado en 1977, y en 2 vols. en 1988 y en 2003 por esa misma Diputación.

Briet pasa sus diez últimos años en medio de sus manuscritos y su excepcional colección de fotografías. Enfermo desde 1920, muere en 1921 con 61 años en la más absoluta ruina.
Muere sin conocer el éxito de su sueño español.
Sus muebles y su biblioteca son subastados y dispersados. Milagrosamente, Louis Le Bondidier, fundador del Museo Pirenaico de Lourdes, logra salvar sus manuscritos, diarios, álbumes fotográficos y las placas de vidrio, ya en manos de un trapero. Son 1.600 fotografías, de ellas 900 del Alto Aragón, material que, junto a sus manuscritos, se conservan en el museo.
Casi ninguna de las revistas especializada francesas se hace eco de su muerte.
En 1922, en Torla, sus amigos aragoneses, gracias a una suscripción, erigen un pequeño monumento en su memoria a la entrada del valle de Ordesa.
"A Luciano Briet muerto el 4 de agosto de 1921, homenaje de gratitud y admiración al cantor del Valle de Ordesa. 15 de agosto de 1922"

Llevan su nombre el refugio de montaña de Ordesa, un paseo en Torla, una calle de Barbastro y un colegio hispano-frances de Zaragoza.
En Boltaña, la comarca de Sobrarbe convoca el Certamen Fotográfico Lucien Briet desde hace 32 años.
En la villa de Alquezar, se erige una estatua en su honor, recordando su contribución al descubrimiento y promoción de esta tierra.
Inconformista, caótico y aventurero, Briet no obtuvo en vida el reconocimiento a su labor. Pero su estela ha perdurado.
El Parque Nacional de Ordesa y la proyección de la Sierra de Guara como enclave privilegiado para el barranquismo, el senderismo y la escalada son herederos de su obra.
Y en nuestro país, se le rinde tributo como uno de los grandes pioneros de la exploración del Pirineo aragonés.
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